El concepto de guías no parece que sea igual en Corea del Norte que en otros países, por lo que lo que tu puedes pensar en un guía, Corea del Norte tiene un concepto muy diferente. Si en cualquier destino un guía es amable y nos explica todo claramente, en Corea del norte te muestran lo que a ellos les conviene y también cuentan su versión de sus hechos, sin que podamos rectificarle en ningún momento, porque de lo contrario nos pasaremos el resto del viaje en el hotel, ya que con suerte no nos expulsarán del país.
Es una sensación extraña la que se tiene al ir acompañados por estos supuestos guías, que en realidad son «policías» del gobierno, para que ningún turista pueda ver algo que no debe, haga fotografías que no puede hacer ni cualquier otra cosa. Se les suele llamar guías, porque son las personas encargadas de mostrar el país, concretamente la capital del país y te indican los lugares a los que van y desde luego no te dejan salirte del recorrido lo más mínimo, siquiera para mirar un rato algún paisaje.
Es una forma de guiarte muy especial, tanto como lo que ellos entienden como la verdad de lo que ha sucedido y está sucediendo a su país. Estos turistas o guardias en cubierto ofrecen una visión oportuna de todo lo que está pasando en el país y cada cosa fuera de lo normal, tienen a justificarlo de la manera más inadecuada. Tampoco está permitido hablar con los surcoreanos locales, por temor a que digan algo que no es lo que ellos dicen a los turistas. La historia de la mentira es infinita y los guías tienen la lección bien aprendida.