Sabemos que la presión en un país donde hay un dictador como Kim Jong-il, es bastante grande, tanto que los cristianos están siendo ejecutados de manera directa y cada vez son menos los que se muestran abiertamente cristianos, porque saben que pueden estar muertos en cuestión de horas, por lo que el cristianismo se celebra en secreto y se adora a Dios de manera privada, que es una forma, la única, a la que pueden hacer frente, porque todo lo que no sea clandestinamente, significará la muerte.
Kim Jong-il se cree un Dios y claro que es un Dios, pero el dios de los infiernos y no vale nada. Es por ello que hay que adorarle y todo lo que no sea adorarle, tanto a Kim Jong-il como a su padre, significa la muerte. Muchos norcoreanos hacen esto en público, pero en sus casas rezan a Dios y le piden que el diablo deje este mundo pronto. Lo cierto es que la persecución al cristianismo y todo lo que sea contrario a la Dictadura, es muy fuerte y nadie puede decir que es cristiano, porque puede estar rápidamente en el cielo.
La palabra represión va muy ligada a Corea del Norte, que por desgracia es un país que persigue a todas aquellas personas que practican el cristianismo o que muestran señas de poder rezar a Dios, que exista o no, será mucho mejor que Kim Jong-il, infinitamente mejor. La situación es delicada en este aspecto, porque los cristianos están llevando su vida cristiana muy interiormente, en sus casas y cuando nadie puede verlos, porque tienen mucho miedo a ser descubiertos con símbolos cristianos o rezando.